Tercer Informe del Rector Dr. José Morales Orozco, S. J. Julio 2006 - Junio 2007

Abstract

He preferido dejar para el Informe que acompaña a este mensaje, la enumeración de logros y pendientes en las distintas áreas de la Universidad, y enfocarme a tratar con ustedes, en esta tarde, lo que he reiterado en diferentes ocasiones: que la pertinencia del modelo educativo de la Universidad Iberoamericana, y su viabilidad a futuro, será medida en razón de su capacidad de contribuir positivamente al desarrollo de nuestra sociedad, y de la eficacia con la que logremos "enseñar a vivir" a nuestros estudiantes, como diría Rousseau. Estas afirmaciones no nos son extrañas ni tampoco novedosas. Sobre la primera, al final de su rectorado hace treinta años, el P. Ernesto Meneses, S. J., afirmaba, por ejemplo, que "el término de la acción universitaria debía ser la realidad nacional injustamente estructurada [ ... ] y que el propósito de transformar las estructuras debía en lo posible orientar tanto la investigación como la docencia, y el servicio social de la Universidad". Desde sus inicios, la Ibero ha procurado la formación humanista de sus alumnos. Lo ha hecho sabiéndose heredera y continuadora de la tradición educativa cuatro veces centenaria de la Compañía de Jesús, y consciente de la vigencia perenne de los valores que entraña la inspiración cristiana que profesa. Nuestra insistencia de formar hombres y mujeres con y para los demás es plenamente actual y cuanto mejores sean los resultados de este esfuerzo, mayor será nuestro servicio a la sociedad.